La insulina es una hormona que se genera en el páncreas cuya función primordial es permitir que las células de nuestro organismo obtengan la glucosa que circula junto a otros nutrientes por la sangre.
Cuando aumenta la presencia de glucosa en la sangre, el páncreas incrementa su actividad para producir más insulina y favorecer así la captación de la glucosa por parte de las células.
Sin embargo, en algunas ocasiones, este proceso no se realiza adecuadamente y, o bien nuestro organismo no segrega la suficiente insulina, o bien esta hormona no es identificada correctamente por nuestras células, por lo que su acción no es efectiva.
En estos casos el nivel de glucosa en la sangre aumenta y aparece la enfermedad que conocemos como diabetes.
Hay dos formas de diabetes:
TIPO 1
Este trastorno suele tener un origen genético y normalmente se desarrolla en la infancia o en la adolescencia. Se produce como resultado de una lesión del páncreas que provoca la destrucción de las células que producen insulina. La generación de esta hormona en estas personas es, por tanto, nula y se hace necesario su administración externa para evitar un exceso de glucosa en la sangre.
TIPO 2
Es mucho más frecuente que la diabetes tipo 1 y se desarrolla habitualmente en la edad adulta. En esta enfermedad intervienen dos factores:
- Por un lado, una disminución en la producción de insulina.Los enfermos que padecen esta enfermedad no pierden por completo su capacidad de producir insulina, por lo que no dependen al cien por cien de su administración externa.
- Por otro, se da un mal funcionamiento de la insulina.Esta causa se da principalmente en personas obesas. La insulina no funciona bien ya que el sobrepeso le impide ejercer su función en músculos, hígado y grasa y deteriora el paso de la glucosa a la sangre. Varios factores favorecen el desarrollo de esta enfermedad:
- OBESIDAD:El sobrepeso es una de las principales causas del desarrollo de la diabetes en la edad adulta. Los kilos de más impiden que la insulina realice su función, aunque nuestro cuerpo la esté produciendo en cantidades suficientes.
- SEDENTARISMO:El ejercicio favorece la labor de la insulina. Por tanto, unos hábitos de vida sedentarios dificultan el adecuado funcionamiento de esta hormona.
- OTROS FACTORES: El estrés, los traumatismos o las enfermedades virales también han sido señalados como causas desencadenantes de la diabetes.
Un control inadecuado de la diabetes provoca una excesiva acumulación de glucosa en sangre (hiperglucemia).
Este trastorno provoca la formación de aterosclerosis en las arterias y el mal funcionamiento de los vasos sanguíneos.
Si no se toman las medidas adecuadas para su tratamiento, los enfermos de diabetes padecen un riesgo cardiovascular mucho mayor que una persona sana.
Un trastorno previo a la diabetes es el ‘síndrome de resistencia a la insulina’. Se trata de un desorden que hace que la glucosa se metabolice con dificultad, lo que obliga al páncreas a aumentar la producción de insulina. A causa de esto, se eleva la presencia de esta hormona en la sangre. El exceso de insulina en la sangre provoca la subida de la tensión arterial y, además, facilita la creación de ateroma en las arterias.
fuente: elmundo.es