Muchos creen en el destino.
Otros en diversos dioses.
Hasta en magias y brujerías.
Y se olvidan de lo más importante:
CREER EN UNO MISMO
Nada está escrito.
Nada está hecho.
Nada es imposible,
ni siquiera lo imposible.
Todo depende de nuestra voluntad.
De esa fuerza que nos sale de adentro
.De decir “si, puedo” a cada desafío.
Cuando estamos decididos,
cuando estamos convencidos,
cuando de verdad queremos algo,
no hay obstáculo capaz de interponerse.
Si queremos, podemos llegar más lejos.
Si queremos, podemos llegar más alto.
Si queremos, podemos hacer lo que sea.
Sólo hay que proponérselo;
es el punto de partida para creer.
Creer de verdad.